Luna
park
13/12/2009
Quizás
es solo una impresión, pero la noche del domingo 13 de diciembre respiraba
aires de buen recital de rock. Llego, como siempre, con el tiempo justo. Entro
por el costado del escenario y me permito ver que tan elegante está el Palacio de
los deportes criollo. Mando mensaje para ubicar coordenadas y en pocos minutos
empieza un Show que despierta mi Pregunta ¿Qué hace que haya 10000 personas un
domingo a la noche con tanto calor? porque el Muchacho entrado en años no
presenta trabajo discográfico nuevo. ¿Qué hace que en horas se liquide entradas
para un Cuidad de Buenos Aires y Luna Park? Porque el precio de las entradas no
entra en los saldos de temporada.
Empieza
muy arriba, esto me permitió meterme en la monada. Hay sudor y calor. Hay muchachos
que, con la excusa del Ozono, no usan ni siquiera un desodorante a bolilla. No
importa. Andrés me guiña sus ojos y no duda en apretar el gatillo. Calamaro no
es un frontman gracioso. Mucho menos buen bailarín. Entonces compro la idea de
comunión. Comunión con su público. Esa comunión, que no mezclemos con Misa
porque vomito, sino que está claro que existe una complicidad entre él y su
publico.
Calamaro
encarna el argentino medio. No escribe en la piel de Spinetta para nada, pero
escribe las palabras que cualquiera podría, pero nadie hace. No tiene una gran
Voz… pero se entrega en cada versión. Su entrega es increíble pero necesito ser
honesto. Andrés elige y pone. Zapada con testigo. Versiona lo que añora y su
canciones hace añico. Las tira contra el piso y las arma en un formato
desparejo. Con destellos increíbles y pasajes que me hubiera ido o salido del
público. Pero el tipo es una máquina de clásicos. Estoy seguro que tenes un
tema que te marca o alegra. Tira uno que hace que dejes la voz para acompañarlo,
y el siguiente también. Y el siguiente.
Invitados
que sumaron. El primero fue una Medio Verónica en la voz de Pedro Aznar. Vicentico
en una par de temas, para pasar a sorprender con Adrián Dargelos. La aceptación
es coja. No convence del todo. Pero Andrés la pelea mano a mano para quedar a
gusto. En la lista de temas no creo que haya faltado nada, hasta sacó gemas
como La mirada del adiós. Y cuando ya todo se había acabado, el público obligo
a ese bis sin radio. Porque PALOMA se convirtió en clásico antes o sin salir en
las FM. Entonces Andrés entro, se metió en la piel de esa hermosa
confesión-declaración de amor y a mi, me obligo a marcar el numero de ella,
para que de alguna forma, la viva al lado mío.
Señores,
confieso que salgo contento. Con una hermosa sonrisa en busca del 140. Señores,
me llevo todo lo que vine a buscar y confirmo alegre, que el aire de esta noche
de domingo, me regaló todo lo que prometió y sin querer, algunas cositas de
más.
Un
recital para:
1 –
Extrañar a tu amor, si fuiste solo.
2 –
Justificar un ausentismo en el trabajo. Si vas, salís afónico, el lunes llamas
al trabajo y sin voz, decís que tenés gripe.
3 – Pelear
con tu amigo por cual fue el mejor tema del recital.
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